Siete mujeres del colectivo Pussy Riot. El 21 de febrero de 2012, durante un concierto improvisado y sin autorización en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, tres mujeres de la banda fueron arrestadas y acusadas de vandalismo. Su juicio se inició a finales de huelga mujeres rusas, y fueron condenadas a dos años de cárcel.
Las integrantes del grupo acostumbran a ponerse en sus representaciones vestidos de colores llamativos y ceñidos, incluso en invierno. Cubren sus caras con pasamontañas, tanto en sus actuaciones como durante las entrevistas, en las cuales usan pseudónimos. Entre sus influencias musicales, el grupo cita a bandas de punk y oi! En especial la banda Bikini Kill, impulsoras del movimiento riot grrrl. Lo que tenemos en común es imprudencia, letras con carga política, la importancia del discurso feminista y una imagen femenina no convencional. La grabación de la performance fue usada posteriormente para crear un video-clip de la canción.
El 15 de julio de 2018, en protesta contra el presidente Putin, interrumpen la final de la Copa Mundial de Fútbol de 2018, los guardias tuvieron que retirar a las feministas de la cancha. La canción también describe al patriarca ruso, Cirilo I, como alguien que cree más en Putin que en Dios. Cirilo I había mostrado su apoyo a Putin antes de la elección presidencial. El 3 de marzo de 2012, María Aliójina y Nadezhda Tolokónnikova, dos supuestos miembros de Pussy Riot, fueron arrestadas por las autoridades rusas y acusadas de vandalismo.
Al principio, ambas negaron ser miembros del grupo e iniciaron una huelga de hambre en protesta por ser encarceladas y apartadas de sus hijos hasta el inicio del juicio en abril. El 16 de marzo otra mujer, Yekaterina Samutsévitch, que había sido antes interrogada como testigo del caso, fue igualmente arrestada y acusada. El 4 de julio se presentaron contra el grupo cargos formales y un escrito de acusación de 2800 páginas. Ese mismo día se les notificó que tenían de plazo para preparar su defensa hasta el 9 de julio. En respuesta, anunciaron una huelga de hambre alegando que dos días laborables era un plazo de tiempo inapropiado para preparar su defensa. El 21 de julio el tribunal amplió su prisión preventiva durante seis meses más.
Las tres miembros detenidas de Pussy Riot son reconocidas como presas políticas por la Union of Solidarity with Political Prisoners. Amnistía Internacional las considera presas de conciencia por la severidad de la respuesta de las autoridades rusas. Durante los Juegos Olímpicos de Sochi 2014 varias mujeres identificadas como las Pussy Riot fueron azotadas con látigos por la milicia de ese país. Maria Aliójina, 24 años, era estudiante del cuarto año de periodismo en Moscú. Fue voluntaria y activista con Greenpeace Rusia. Desempeñó un papel activo durante el juicio: repreguntando a los testigos y cuestionando agresivamente la naturaleza de los cargos y del procedimiento. Yekaterina Samutsévich, 30 años, ingeniera por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Energía de Moscú, es una informática interesada en colectivos LGTB.
Nadezhda Tolokónnikova, 24 años, era una estudiante de Filosofía en la Universidad Estatal de Moscú con una historia de activismo político con el grupo de arte en la calle Voiná. Está casada con Piotr Verzílov y tiene una hija de 4 años. Las tres fueron sentenciadas el 17 de agosto de 2012 a dos años de prisión. El juez afirmó que habían socavado el orden social con su protesta mostrando una absoluta falta de respeto a los creyentes. Tolokónnikova replicó que la sentencia es un síntoma claro e inequívoco de que la libertad está desapareciendo de nuestro país. Defensores y críticos de la banda acudieron a manifestarse por la sentencia. Serguéi Udaltsov, uno de los líderes de la oposición a Putin, fue detenido mientras se manifestaba en apoyo de la banda.
El excampeón mundial de ajedrez Gari Kaspárov, que pretendía asistir a la lectura de la sentencia, fue arrestado y golpeado. Los abogados defensores afirmaron que apelarían la sentencia, aunque veían pocas posibilidades de que fuera anulada. Bajo ninguna circunstancia las chicas pedirán perdón a Putin, dijo Mark Feygin. La Iglesia ortodoxa rusa comunicó que aunque las acciones de Pussy Riot eran ofensivas para millones de personas, la iglesia hacía un llamamiento a las autoridades estatales para que mostraran clemencia con las condenadas dentro del marco de la ley con la esperanza de que se abstendrán de repetir actos blasfemos. Amnistía Internacional calificó la condena como un golpe amargo contra la libertad de expresión.