Mujeres rusas altura

Mujeres rusas altura

Hannah Höch: La novia, Pandora, 1927. Porque de todo se da a lo largo del siglo XX. En el conjunto de períodos anteriores a la Segunda Guerra Mundial, se construyeron las bases de los nuevos comportamientos artísticos que caracterizan mujeres rusas altura segunda mitad del siglo hasta hoy mismo, sin que pretenda con esta afirmación, restar originalidad a las importantes aportaciones del arte en la era de la posmodernidad.

El arte de acción estuvo presente en las veladas futuristas y en las acciones del dadá, y la instalación y el objeto artístico seencuentran en los diversos objetos utilizados desde entonces y en el surrealismo con intención artística, bien casuales como el “ready-made” de Duchamp, o elaborados como las chapas recortadas de Hans Harp. Se podría continuar detallando la clase de acento plástico y de actitudes que presidió cada una de esas corrientes, pero el objetivo de este artículo es otro: poner de relieve el papel de las mujeres en la transformación del arte, como sujeto y como objeto, en el proceso de enorme diversificación que registra el arte más reciente. Hay que destacar por otra parte que una mirada detallada hace que se pierda la perspectiva del mosaico vanguardista concebido como coherente, en el que cada pieza era intransferible, con bordes bien definidos, aunque lo usual es, tanto a nivel académico como de difusión, asumir la pertinencia de la clasificación y diferenciación nítida de todas aquellas corrientes. Una de las variables que rompen de manera más significativa una nueva lectura de la vanguardia en su conjunto es el papel de las mujeres en el arte. Marianne von Werefkin: Las mujeres negras, 1910. El papel invisible que se venía asignando de manera tradicional a las mujeres artistas choca con la presencia de personalidades fuertes que contribuyeron a definir ese mundo soñado que proponían las vanguardias. Más ha costado introducir, en los ámbitos ajenos al mundo germánico y anglosajón, el conocimiento y la aceptación de Paula Modersohn-Becker, pionera de la corriente expresionista germana, tal como se empezaba a manifestar a partir de 1905 con la actividad del grupo Die Brücke o El Puente en Dresde, dos años antes del fallecimiento de la artista, en 1907.

La relación de artistas mujeres oscurecidas por la presencia de sus compañeros es tan habitual como la que afecta al grupo de artistas rusas que, no obstante, descuellan con fuerza en los años iniciales de las vanguardias en su país. Más propio del suprematismo es la obra de Lyubov Popova, con sus “composiciones no-objetivas”. En aquellos ambientes artísticos, como el fuerte movimiento constructivista en el que la revolución rusa velaba armas experimentales hacia la aplicación social de las artes, Olga Rozanova está considerada entre las primeras personas que defendieron un arte no figurativo. En el dadaísmo, una de las corrientes clave para entender la apertura de nuevas propuestas en el arte de la segunda mitad del siglo XX, hubo una importante participación femenina, oscurecida como tantas otras veces.

Una de las figuras sobresalientes a mi entender del dadá berlinés, y sin embargo oscurecidas por lo común hasta tiempos recientes frente a los más famosos Hausmann y Heartfield, es la de Hanna Höch. 160 x 239 x 153 cm. La otra figura conectada en su estilo plenamente en las vanguardias, menos conocida internacionalmente, frente a la relativa notoriedad de otros artistas hispanoamericanos como Matta Echaurren, o Wifredo Lam, es la de la cubana Amelia Peláez. Nacida en 1896 en Sancti Spiritus, estudió y vivió en La Habana, donde hizo su licenciatura en Bellas Artes en 1924.

La relación de artistas nacida en la segunda mitad del siglo sería interminable, y su actividad objeto de otros artículos. Por lo que respecta a lo español, todavía no han sido puestas de relieve lo suficiente la originalidad de la española Maruja Mallo en la época anterior a la guerra, o la presencia intensa y poco contemplada de algunas como Juana Francés en el grupo El Paso, en 1958, entre otros muchos nombres recientes y actuales olvidados. Christina Lodder, El constructivismo ruso, 1988, Madrid, Alianza Editorial, pp. Evelyn Weiss, Vanguardia Rusa, 1910-1930, Museo y Colección Ludwig, 1985, Madrid, Fundación Juan March. 2 Rozsika Parker and Griselda Pollock, Old mistresses, Women, art and ideology, 1981, Londres, Pandora Press. 366 – 377 de la edición española. 3 Amparo Serrano de Haro, Mujeres en el arte, espejo y realidad, serie “Modelos de mujer”, 2000, Barcelona, Plaza y Janés.

Recuperar la memoria, 2000, Madrid, Narcea S. En esta obra, por referencia, Pilar Díez del Corral Pérez-Soba, “Educación artística: lo femenino en un desarrollo humano sostenible”: 177-198. Ur detta verk, se: Pilar Díez del Corral Pérez-Soba, “Educación artística: lo femenino en un desarrollo humano sostenible”: 177-198. 5 En otras ocasiones me he referido al tema de las artistas en las vanguardias.

Idem: “La imagen de la mujer en el arte de las vanguardias artísticas”, en AA. The Fate of the Avant-Garde in Nazi Germany, 1991, Los Ángeles Museum of Art, pp. Dada y Constructivismo, 1989, Madrid, Centro de Arte Reina Sofía, Ministerio de Cultura. El arte y la época de Tamara de Lempicka, 1988, Madrid, Mondadori.